martes, 17 de marzo de 2009

Amor Líquido y la creatividad de sobrevivencia dominicana

"El amor está muy cercano a la trascedencia; es tan sólo otro nombre del impulso creativo y, por tanto, está cargado de riesgos" (Bauman, Zygmunt, Amor Líquido, pág. 21).
Esta frase me ha dejado boquiabierto; no porque diga algo nuevo, sino porque la leo en un momento en que busco algo nuevo o me permito ser creativo en medio del tedio y el trabajo. Pero dejo de lado mi rinncón nostálgico y digo otro motivo por el que me impresiona la frase: la dominicanidad. Desde hace meses tengo pendiente escribir un artículo en torno a la creatividad colectiva; estas serían las preguntas que me mueven a la reflexión: ¿Qué tan creativo somos los dominicanos? ¿Lo que llamamos creatividad es realmente creatividad en su sentido científico? ¿Cómo sobrevivimos diariamente y durante tantos años al mismo látigo que denominamos "gobierno", "fuerza pública", "funcionarios públicos" y otras lacras sociales? ¿Cómo podemos ser creativos frente a la invasión mediática del gran fabulador? ¿Qué caminos de creatividad nos corresponde inventar para salir del letargo en que está sumido "lo dominicano"?
No serán notas pesimistas (creo que no me traiciono en esencia), sino esperanzadoras. ¿Cuál es la razón? Muy simple: siempre me he convencido de algo, detrás de nuestra creatividad está el amor a la vida, por eso nos inventamos y reinventamos en cada jolgorio, can, bachata o coro que armamos. Sólo por esta afán de vivir, esta voluntad de sobrevivencia que nos caracteriza, es que hemos podido nacer, crecer, aguantar y multiplicarnos. ¿Terminará?